Cuando se habla de una sala blanca se hace referencia a un ambiente controlado donde los contaminantes como el polvo, los microbios en el aire y las partículas de aerosol se filtran para proporcionar el ambiente más limpio posible. La mayoría de las salas blancas se emplean en la producción de bienes como productos electrónicos, medicamentos y suministros médicos. Aunque también es muy habitual encontrarlas en usos comerciales.
Dependiendo del número de partículas permitidas por metro cúbico, las salas blancas se pueden dividir en diferentes categorías de contaminación. Además, estas salas tienen controles para variables como humedad, flujo de aire y temperatura. Los contaminantes y otras partículas transportadas por el aire del exterior se eliminan en salas blancas. Un sistema de filtrado recibe primero el aire fresco. De acuerdo con sus especificaciones, los filtros (HEPA o ULPA) limpian y descontaminan este aire exterior. Luego, la sala limpia se llena con el aire filtrado. Además, el aire contaminado dentro de la sala limpia se expulsa al exterior a través de registros o se recircula de regreso a los filtros, donde luego se reinicia el procedimiento. La limpieza del aire dentro de usted está determinada por los estándares de clasificación del aire. Se calcula mediante una fórmula basada en la cantidad y el tamaño de las partículas en el aire por metro cúbico. El criterio de clasificación más común, aunque existen otros es:
La Norma ISO 14644-1.
Algunas personas sólo consideran la temperatura interior al diseñar una sala blanca de uso comercial. Sin embargo, de nada sirve si el exterior no está climatizado o si el diseño no tuvo en cuenta las temperaturas exteriores. Puede producirse un salto térmico importante por eso se debe tener en cuenta el gradiente de temperatura a la hora de instalar la puerta frigorífica para sala blanca adecuada para poder seleccionar el espesor de panel idóneo. Debido a que el revestimiento de la puerta frigorífica cambiará dependiendo del ambiente que deba soportar o si se utilizarán determinado productos, es fundamental tener en cuenta estos factores a la hora de elegir qué puerta frigorífica instalar en una sala blanca.
El revestimiento de la puerta debe poder soportar altos niveles de humedad para evitar que se oxide. También se debe considerar la limpieza del espacio donde se instalará la puerta. Por ejemplo, si se trata de un lugar donde se utilizarán productos químicos para eliminar la suciedad generada la puerta debe estar preparada para ello.
En ISOTERMIA le ofrecemos puertas frigoríficas para salas blancas de uso comercial con tiradores de acero inoxidable de doble curvatura con placa de protección que evita el desgaste de la puerta y mejora la estética. Estas manijas están diseñadas para evitar que se enganchen. Asa y elementos adicionales para un montaje sencillo. Bisagras fabricadas en acero inoxidable extremadamente duradero.
Chapa compacta de 60 mm de espesor, sobre la que se inyectan 40-45 kg/m3 de poliuretano y marco de aluminio lacado en blanco enrasado por ambas caras al lavar por un lado, un espesor de 40 mm. Marco de empotrar de aluminio lacado en blanco para instalación sobre panel de 60mm. Para mejorar la estanqueidad, reducir el ruido y bloquear el paso de las corrientes de aire, disponen de un burlete ovalado de EPDM.